La persona es el viaje. Los psicólogos podemos contribuir a hacerlo más llevadero, trabajando sobre la felicidad y el sufrimiento, disminuyendo las vivencias de amenaza, incrementando la percepción de recursos, y mejorando el estado de ánimo; disminuyendo la incertidumbre, ayudando a los hombres a deliberar en las encrucijadas difíciles y aumentado su percepción de control en el itinerario de la vida.