¿Qué es lo peor que puede ocurrirnos? Una persona estará preparada para lo peor, así como para saborear lo que ya tiene, si se esfuerza con regularidad en contemplar los infortunios que le pueden desposeer de lo que aprecia. Nos pasamos gran parte de nuestras vidas deseando tener más, en vez de disfrutar lo que tenemos.
Detrás de esto hay un concepto que los psicólogos denominamos “adaptación hedónica”, que en resumen viene a decir que con el tiempo (y suele ser rápido) nos acostumbramos a cualquier cambio, a las cosas que nos rodean, por buenas que sean, y queremos otras nuevas. Logramos el trabajo que siempre deseamos pero un tiempo después nos estamos quejando de las largas horas, los incompetentes de los compañeros y empezamos a buscar un nuevo trabajo. Nos compramos un móvil que ansiamos y lo disfrutamos unos meses, pero al cabo del tiempo estamos pensando en cambiarlo por uno mejor. Y lo mismo con la pareja, la casa… El problema es que no apreciamos lo que ya tenemos, porque nos acostumbramos rápidamente a ello.
Los estoicos griegos y romanos fueron capaces de combatir la adaptación hedónica mediante la práctica de técnicas como la «visualización negativa». Dedicaban tiempo para imaginar, visualizar, la pérdida de las personas, las relaciones y las posesiones que tenían cariño, para que pudieran apreciar mejor lo que tenían. Esta estrategia del estoicismo no es más que una preparación consciente para el infortunio y, a la vez, un modo coherente de disfrutar del presente, así como de ser consciente de la transitoriedad de nuestra existencia.
Investigaciones recientes han demostrado que el pensamiento negativo, si se usa de manera estratégica, también puede acabar resultando beneficioso para quien lo practica, lo positivo de lo negativo. Si la adaptación hedonista nos infunde dar por hecho nuestra salud, nuestros bienes, nuestros amigos y nuestra familia, entonces la visualización negativa es el antídoto para recordar su importancia en nuestras vidas, contra la ansiedad.
El periodista Oliver Burkeman, en su ensayo The Antidote: Happiness for People Who Can’t Stand Positive Thinking, sostiene que la visualización negativa puede ser un efectivo antídoto contra la ansiedad. En realidad, lo que los psicólogos denominan “pesimismo defensivo” es una estrategia aplicada por entre un 25% y un 30% de los estadounidenses, según la investigadora Julie Norem. “Cuando intentamos persuadirnos de que todo se resolverá para bien, corremos el riesgo de reforzar la creencia tácita de que sería completamente catastrófico que eso no sucediera. En cambio, si tratamos el caso con cierta sobriedad y consideramos lo mal que realmente puede ir, encontraremos que nuestros temores disminuyen hasta tener un tamaño manejable”, afirma Burkeman.
Muchas técnicas de visualización giran en torno a la idea de traer a la mente lo que se desea, con el fin de destacar una mayor posibilidad de obtenerlo. En contraposición, la visualización negativa tiene en cuenta lo que uno ya posee o es y luego procede a imaginar la vida sin ello. Por lo tanto, tomar conciencia del valor del objeto o persona que puede haber estado tomando por sentado. Imaginar lo negativo puede ayudar a enfrentar una situación por si esta llegara a materializarse, siendo una práctica psicológica muy potente para no caer en la adaptación hedonista
En cuanto al trato con las personas y a las experiencias, puedes imaginar como si fuera la última vez que las realizas. ¿Cómo tratarías a tu compañero de trabajo si esta fuera la última vez que la ves por la calle? ¿No la saludarías con afecto? ¿Cómo te relacionarías con tu pareja, si este fuera el último día que podéis compartir? ¿No le tratarías con más delicadeza de lo que sueles hacerlo
El cambio perceptivo desde “¿qué es lo que necesito?” a “¿qué es lo que tengo? se reduce a una elección, un cambio en el observador. A veces parece que la única razón por la que podemos desear alcanzar algo nuevo es simplemente porque nos hemos vuelto ciegos a lo que realmente tenemos, centrándonos en intentar constantemente mejorar, tener más, querer alcanzar tu máximo potencial. Ver lo que falta vs ver lo que tengo.
La próxima vez cuando sientas que alguna cosa ya no te gusta tanto, imagina que ya no lo tienes. Cuando pierdes la paciencia con tu hijo, o te quejas que tu pareja no es detallista, imagina que nunca más le verás.
En resumen, dedica unos minutos al día a dar gracias, a apreciar lo que tienes, no pienses que seguirá siendo tuyo mañana, siéntete dichoso por todo lo que la vida te ha dado, porque en realidad no tendría que darte nada. Cualquier buena fortuna que haya llegado a tu vida, en forma de dinero, amigos, familia… es un regalo a agradecer, y a valorar. No esperes a perderlo para apreciarlo.
¿Cuál ha sido tu experiencia con la adaptación hedonista?
Fuentes
http://faircompanies.com/news/view/guia-la-buena-vida-10-tecnicas-para-practicar-estoicismo/
http://www.oshogulaab.com/OSHO/MEDITACIONES/visualizacion.htm
http://artpsycho.webnode.es/metodos-y-tecnicas/desarrollo-de-la-imaginacion/