Las relaciones, ya sean familiares, de amistad o de pareja, pueden ser nuestro mayor refugio o una fuente de gran dolor. A veces, sin darnos cuenta, repetimos patrones de comportamiento que nos llevan a los mismos conflictos una y otra vez. Pero, ¿qué pasaría si en lugar de reaccionar con impulsividad o alejarnos, aprendiéramos a responder con compasión?
El poder de la compasión en nuestras relaciones
La compasión no solo es una herramienta para mejorar nuestras conexiones con los demás, sino que también nos ayuda a construir una relación más sana con nosotros mismos. A menudo, somos nuestro peor juez, exigiéndonos demasiado y castigándonos por nuestros errores.
Piensa en esto: ¿cómo te hablas a ti mismo cuando las cosas no salen bien?
Si te tratas con dureza o con culpa, lo más probable es que también proyectes esas emociones en los demás. La compasión empieza cuando aprendemos a hablarnos con la misma amabilidad que le daríamos a un ser querido en un momento difícil.
Identificando los patrones que nos atrapan
Gran parte de las dificultades en nuestras relaciones provienen de hábitos emocionales que repetimos casi sin darnos cuenta. Estos patrones pueden haberse formado en la infancia y con el tiempo se convierten en respuestas automáticas.
Algunas preguntas que pueden ayudarte a identificar estos patrones son:
• ¿Qué situaciones suelen hacerte sentir frustración o tristeza en tus relaciones?
• ¿Cómo reaccionas cuando te sientes herido o incomprendido?
• ¿Eres capaz de expresar lo que sientes o sueles guardarlo para ti?
• ¿Qué creencias tienes sobre el amor y la familia que quizá aprendiste de niño y aún sigues aplicando?
Cuando tomamos conciencia de estos patrones, nos damos el poder de elegir nuevas maneras de actuar.
Ejercicio de reflexión: pequeñas acciones para cambiar tu relación contigo y con los demás
1. Escribe una carta de compasión
• Piensa en una situación reciente donde te sentiste mal o reaccionaste de una forma que no te gustó.
• Imagínate que eres un buen amigo dándote apoyo y comprensión. ¿Qué palabras amables te dirías? Escríbelas en una carta.
2. Rompe el patrón
• Identifica un comportamiento repetitivo que no te ayuda y haz algo distinto la próxima vez.
• Si sueles guardar silencio cuando algo te molesta, prueba a expresarlo. Si tiendes a alejarte cuando alguien te lastima, intenta acercarte con curiosidad en lugar de cerrarte.
3. Haz una pausa antes de reaccionar
• Antes de responder a algo que te incomoda, respira hondo y pregúntate: ¿Estoy reaccionando desde el dolor o desde la compasión?
• Responder con más calma y consciencia puede cambiar completamente el rumbo de una conversación o incluso de una relación.
La transformación empieza por uno mismo
No podemos cambiar cómo nos tratan los demás, pero sí podemos cambiar cómo elegimos responder. Si cultivamos la compasión hacia nosotros mismos, será mucho más fácil reflejarla en nuestras relaciones.
Un reto para ti:
Durante esta semana, cada vez que enfrentes un momento difícil en una relación, antes de reaccionar pregúntate: ¿Cómo puedo responder con más compasión?
Los grandes cambios empiezan con pequeñas elecciones diarias. ¿Te animas a probarlo hoy?
Descubre más desde Ricard Guillem, Psicólogo Coach, 636705232
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.