Hay momentos en los que sentimos que seguimos adelante únicamente por inercia. No porque tengamos claridad, ni porque estemos bien, sino porque hemos aprendido a “tirar”. A resistir. Resistimos el cansancio, resistimos el entorno, resistimos conversaciones internas que ya pesan demasiado. La resistencia se convierte en una manera de estar en el mundo.
Pero un día aparece algo que no encaja, un gesto que duele, un quiebre pequeño pero insistente. Y ahí nace otra posibilidad, más íntima y más transformadora: la reexistencia.
Un movimiento que no consiste en empezar de cero, sino en empezar de manera distinta. Un volver a existir cuando el modo anterior ya no nos permite respirar.
Resistir: cuando nuestro relato interno se queda atrapado
Resistir no es solo aguantar. Es vivir atrapado en una conversación interna que se repite: “Debo”, “tengo que”, “no puedo fallar”, “ya se pasará”, “solo aguanta un poco más”.
Ese tipo de lenguaje se mete en el cuerpo.
La espalda se tensa.
La respiración se acorta.
Las emociones se van encogiendo.
Resistimos porque no distinguimos aún otra forma de relacionarnos con lo que nos pasa.
Porque seguimos mirando la vida desde un observador que se ha quedado estrecho.
La resistencia nos protege… pero también nos inmoviliza. Nos mantiene vivos, pero no nos permite vivir.
Reexistir: crear nuevas maneras de ser y de habitar la vida
Reexistir es una declaración íntima: “Necesito otra manera de estar en mi vida.”
No se trata de grandes giros ni decisiones dramáticas. Es un reajuste profundo del modo en que conversamos con nosotros mismos.
Reexistir es cambiar la pregunta: pasar del “¿cómo aguanto esto?” al “¿qué quiere aparecer ahora en mí?”.
Es abrir nuevas posibilidades de interpretación, nuevas acciones, nuevas emociones y una nueva postura corporal.
Reexistir es permitir que algo en ti vuelva a tener espacio.
Reexistimos cuando:
• cambiamos el lenguaje con el que nos tratamos
• soltamos creencias que ya no explican quién somos
• dejamos de justificarnos ante todo
• escuchamos el cuerpo y lo que intenta decirnos
• nos autorizamos a elegir, no solo a soportar
Reexistir es un movimiento silencioso y valiente: dejar de sobrevivir… para volver a existir.
Del “aguanto” al “elijo”
El paso de la resistencia a la reexistencia empieza en el cuerpo y en el lenguaje.
En cómo te hablas.
En cómo te miras.
En cómo te explicas la vida.
Hay frases que alimentan la resistencia. Y hay frases que abren posibilidad.
La transición empieza cuando puedes decirte con honestidad: “Así ya no. Necesito otra forma de vivir lo que me está pasando.”
Esa frase, aparentemente pequeña, cambia al observador que eres. Y cuando cambia el observador, cambian tus acciones. Cambia el futuro.
Tres prácticas para iniciar la reexistencia
Aquí tienes movimientos simples, pero potentes, que ayudan a transitar de la resistencia a la reexistencia:
1. Nombrar lo que te pasa
Poder decir en voz alta: “Estoy resistiendo demasiado”.
Nombrar abre la puerta a la acción.
2. Ampliar la mirada
Preguntarte:
• “¿Qué interpretación estoy usando?”
• “¿Qué otra lectura es posible?”
• “¿Qué parte de mí quiere un cambio?”
Cambiar la mirada cambia la experiencia.
3. Mover el cuerpo hacia apertura
La resistencia siempre cierra.
La reexistencia necesita que abras: postura, respiración, movimiento.
El cuerpo es una puerta al cambio emocional y narrativo.
Situaciones cotidianas donde la reexistencia se vuelve necesaria
• Cuando llevas meses aguantando un ritmo que ya no te cuida.
• Cuando haces más por los demás que por ti mismo.
• Cuando tu diálogo interno se ha vuelto exigente, castigador, agotador.
• Cuando notas que no estás viviendo tu vida, solo sosteniéndola.
Estos momentos no son fallos: son señales. Invitaciones. Oportunidades para reexistir.
Reexistir es un acto de dignidad emocional
Significa decirte: “Mi vida merece algo más que aguantar. Merece ser vivida desde un lugar que me haga sentido.”
Reexistir es acto de respeto hacia uno mismo.
Es recuperar agencia. Es reconectar con una identidad más libre, más amable, más coherente.
No busca perfección. Busca verdad.
Si llevas tiempo resistiendo, quizás ha llegado tu momento de reexistir
Puedes hacerlo acompañado. Un espacio seguro, sin juicio, donde explorar tus conversaciones internas y abrir nuevas posibilidades, puede marcar la diferencia.
Si este texto te ha resonado, es posible que estés justo en ese punto de transición.
Puedes reservar una llamada gratuita de valoración de 15 minutos en:
www.coachingvalencia.com
Hablamos, te escucho, y vemos cómo iniciar la vida que quiere aparecer ahora en ti.
Descubre más desde Coaching Valencia - Ricard Guillem Psicólogo Coach
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
