«Mañana, este mítico lugar donde el 99% de la productividad humana, motivación y logros están almacenados…»
Según la RAE procrastinar significa diferir, aplazar… o lo que es lo mismo: dejar para mañana lo que podemos hacer hoy. Una de cada 4 personas somos procrastinadores, y casi todo el mundo lo ha sido en algún momento de su vida.
La procrastinación se interponen en el camino de un cambio positivo. Hay una tendencia a sentir culpa y vergüenza en torno al tema de la dilación porque lo asociamos con el ser perezoso.
Una de las características fundamentales de las personas muy afectadas por la procrastinación es el elevado nivel de autoengaño que aparece en sus pensamientos. Es decir, cuando somos presa de este tipo de pensamiento, planificamos nuestro futuro basándonos en estimaciones erróneas, demasiado sesgadas hacia cómo nos gustaría que fuera y no cómo pensamos que será si nos basáramos en un análisis más objetivo y riguroso de las circunstancias.
La procrastinación es fundamentalmente una conducta de evitación, que busca eludir lo que se supone que estamos obligados a hacer. Es un ladrón de tu tiempo, una conducta adictiva, que crea estrés y ansiedad. Cuanto más te permites procrastinar, con más fuerza te domina.
También procrastinamos la decisión de producir un cambio en nuestra vida, de asumir el protagonismo y dejar atrás el victimismo, manteniéndonos en la cómoda e incómoda zona de confort.
Razones, entre otras, por las que todos o casi todos tendemos a procrastinar son:
- Miedo al fracaso.
- Baja autoestima.
- Falta de confianza en uno mismo.
- Planificar demasiadas tareas a la vez.
- Mantenernos en nuestra zona de confort.
- Mala gestión de la energía personal.
- Baja tolerancia a la frustración.
Algunas de las estrategias para hacer frente a la postergación:
- Proponte metas.
- Divide y vencerás.
- Establece rutinas
- Empieza ya, sin pensar. No ser permisivo con nosotros mismos.
- Durante la tarea, elimina cualquier distracción
- Ojo con los autoengaños.
- Una cosa detrás de otra.
- Comprometerse en público.
- Ten en cuenta cuáles son tus valores y tu visión a medio plazo. Encuentra la parte positiva de la tarea.
- Olvídate del perfeccionismo y del miedo al fracaso.
- Piensa en los beneficios de eliminar este hábito en tu vida.
- Refuerzate positivamente cada vez que consigues superar la procrastinación.
- Organízate bien bloqueando tiempo en tu agenda para realizar las tareas que quieres.
- Pide ayuda.
Coaching para dejar de procrastinar
A través del coaching se pueden trabajar todos los aspectos antes mencionados. Un proceso de coaching es perfecto para que encuentres el para qué de la procrastinación, tomes conciencia y afrontes el reto de producir cambios, modificando los hábitos y maneras de hacer que te alejan de tus objetivos, de tu meta. Y si te animas a un proceso, te puedo asegurar que no sólo puedes conseguir mejorar tu productividad o gestión del tiempo, sino que posiblemente acabes encontrándote a ti mismo y mejorando tu bienestar.
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«Aplazar una cosa fácil hace que sea difícil; aplazar una cosa difícil la hace imposible» George Claude Lorimer
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