Eleanor Roosevelt nos guía con su célebre frase «Haz una cosa todos los días que te asuste» para adentrarnos en este tema crucial.
Esta cita nos desafía a atrevernos, a confrontar nuestros miedos y superar las barreras autoimpuestas. A menudo, evitamos enfrentar lo que nos limita, pero este comportamiento restringe nuestro bienestar y crecimiento, personal y profesional.
Para vencer nuestros miedos, no existen varitas o soluciones mágicas; necesitamos entrenarnos para ello, y aquí es donde el coaching puede brindar valiosa ayuda.
Podemos hacerlo de varias maneras:
- Practicar la meditación, la visualización o la respiración profunda. Aprender a vivir con más tranquilidad, más en el presente, con los hombros y la espalda relajada.
- También podemos hacer una lista de nuestros miedos (grandes y pequeños), de lo que evitamos, de lo que no nos atrevemos y trabajar en ellos uno por uno. Al hacer esto, desarrollaremos la confianza en nosotros mismos y en nuestras habilidades.
El entrenamiento para enfrentar miedos nos puede conducir a una vida más serena. La mejor manera de alcanzar este objetivo a largo plazo es establecer objetivos alcanzables a corto plazo, que con el tiempo se conviertan en hábitos.
Al desafiarnos con acciones que nos asustan, descubrimos nuevas habilidades, destrezas desconocidas y desafiamos ideas limitantes. Esto nos capacita para gestionar el estrés y la ansiedad de manera más efectiva.
La invitación de Eleanor Roosevelt nos anima a abandonar nuestro espacio de seguridad y arriesgar, exponerse y confrontar nuestros miedos.
«Solo imagina lo precioso que puede ser arriesgarse y que todo salga bien» (Mario Benedetti)
Este proceso de entrenamiento cultiva la confianza en nuestras capacidades, conduciéndonos a una vida más tranquila y plena. ¡Adelante, haz algo que te asuste hoy!