Pequeños pasos que mueven montañas

Cuando te sientes atrapado en una rutina que te ahoga, agotado y sin motivación, lo último que necesitas es una lista de consejos imposibles: “despiértate una hora antes”, “piensa en positivo”, “haz más ejercicio”.
Si ya cuesta levantarse de la cama, ¿como encajar cambios radicales?

La psicología nos ofrece una respuesta sencilla y eficaz: la activación conductual. Esta técnica, respaldada por amplia evidencia científica, se basa en introducir pequeñas acciones significativas que, de forma progresiva, generan más energía, motivación y bienestar.
La idea es simple: no esperes a tener ganas para actuar; actúa para generar ganas.

Un ejemplo básico: salir a la calle. Sin meta grandiosa. Sin “aprovechar para hacer mil cosas”. Solo salir, respirar, dejar que el cuerpo se mueva. Ese simple cambio en la rutina envía una señal a tu cerebro: “estoy en movimiento”. Y, aunque parezca mínimo, abre la puerta a cambios más grandes.

Cuando no eres tú, sino alguien cercano

Si no eres tú quien está atascado, sino alguien que quieres, hay algo fundamental que recordar: no le digas lo que “tiene que hacer”. Las órdenes y los “deberías” suelen sentirse como presión y, lejos de ayudar, pueden reforzar la sensación de incapacidad.

En su lugar, acompaña. Invita a pequeñas actividades que puedas compartir:

  • “¿Te apetece que demos una vuelta juntos?”
  • “Voy a comprar pan, ¿vienes conmigo?”
  • “Me apetece sentarme en un banco a tomar el sol, ¿te unes?”

Se trata de estar, no de empujar. De abrir la puerta a microacciones que generen estímulos positivos y rompan el bloqueo, siempre respetando el ritmo del otro.

Por qué funciona

Las investigaciones sobre activación conductual muestran que, al realizar actividades que aportan sensación de logro o disfrute, aunque sea mínima, se produce un efecto dominó: el estado de ánimo mejora, aumenta la motivación y se amplía la capacidad de afrontar retos mayores.
Es un enfoque práctico y compasivo, tanto si lo aplicas contigo como si acompañas a alguien más.

A veces, el cambio empieza con algo tan simple como caminar una manzana, preparar una comida juntos o compartir 15 minutos al sol. Pequeños pasos que, repetid

os, mueven .Si sientes que ha llegado el momento de cambiar tu vida, profundizar en la psicología positiva y seguir creciendo, te invito a explorar más recursos.


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