Un factor fundamental para conseguir un desarrollo y aprendizaje eficaz, individual y colectivo, es la confianza. Una de sus posibles definiciones es «la mutua seguridad de que ninguna de las partes de una relación explotará las vulnerabilidades de los demás». No podemos mostrar nuestras debilidades sin que exista un nivel de confianza. Es más, la confianza se solidificará cuando nos mostramos comprensivos y generosos con quienes se nos muestran vulnerables. Y eso vale para lo líderes y para los seguidores.
En las relaciones sustentadas en la confianza, el poder se ejerce por autoridad y no recurriendo a la fuerza , al control y al miedo. Cuando el fundamento del poder es la autoridad, quienes lo ejercen lo recibe de aquellos sobre los cuales se aplica el poder. La autoridad es siempre un poder conferido. Por lo tanto, se trata de un poder que puede ser siempre revocado. El criterio clave para otorgarlo, así como para revocarlo, es la confianza. Si confío en que mi maestro sabe, le otorgaré autoridad. Si por el contrario, pierdo esa confianza y descubro que realmente no sabe lo que decía saber, dejaré de conferirle esa autoridad.
La confianza define también una particular relación con el mundo. Desde la confianza o la desconfianza, estamos en el mundo de una manera diferente. Es más, ellas constituyen mundos distintos. Dos personas que se relacionan con sus respectivos mundos, una desde la confianza y la otra desde la desconfianza, viven en mundos radicalmente diferentes.
La confianza, es un gran disolvente del miedo. Un disolvente del temor a las infinitas cosas que podrían suceder. Con confianza yo abro mis brazos a otros, delego lo que tengo que hacer, coloco mi persona y mis posibilidades en otras manos. La confianza tiene el efecto de reducir tanto la incertidumbre como la complejidad. Al actuar con confianza reducimos el margen de todas las cosas que podrían pasar y hacemos más manejable el futuro. De la misma manera, el mundo se nos hace menos complejo, menos difícil, más simple. Todo ello permite establecer una relación básica entre la confianza y la acción humana.
La desconfianza nos impulsa a emprender acciones de protección, dirigidas a incrementar nuestra seguridad y a reducir nuestra vulnerabilidad. Desde la desconfianza, es posible que busquemos guarecernos; es posible que consumamos algún tiempo a esconder lo que nos pertenece; es posible que contratemos seguros. Es posible que hagamos muchas cosas nosotros mismos para evitar delegar. Son todas acciones que son hijas de la desconfianza.
La confianza, por el contrario, nos lleva a acciones transformadoras, capaces de generar y conquistar nuevos mundos, futuros y posibilidades. Se trata de acciones de innovación, de invención. La confianza sustenta todas sus acciones creativas y es un ingrediente fundamental de la creación artística, de los descubrimientos científicos, de las invenciones tecnológicas, de las grandes transformaciones políticas y culturales.
Con confianza nos atrevemos a lanzarnos a lo desconocidos.
Es el elemento básico que alimenta el espíritu emprendedor.
Cuando estamos conversando con alguien, participamos simultáneamente de dos conversaciones diferentes. La primera es la conversación que tenemos con el otro y en la que cada uno dice al otro diversas cosas. La segunda es nuestra conversación privada.
El problema de la confianza, no reside en el dominio de la competencia conversacional, sino en el dominio de la sinceridad. La sinceridad consiste en la coherencia entre lo que digo y lo que pienso (lo que me digo a mí mismo en mi conversación privada). Cada vez que ejecutamos una acción de lenguaje ponemos en juego nuestra sinceridad y afectamos, para bien o para mal, la confianza depositada en nosotros.
La confianza es el material que permite construir y ofrecer la mejor versión de nosotros mismos para aportar valor de forma exponencial.
Si queremos diseñar condiciones para la creación de relaciones de trabajo basadas en la confianza, tendremos que poner atención a dos aspectos.
- Tendremos que revisar la estructura y la cultura del sistema que es la organización.
- El desempeño de las personas, de los miembros del sistema y las competencias que exhiben en su desarrollo.
Sistema y comportamiento son las dos grandes áreas que requieren ser examinadas y en las que tendremos que diseñar acciones, si queremos crear organizaciones diferentes, si deseamos crear organizaciones basadas en la confianza, pero por sobre todo, si en las condiciones actuales, buscamos crear condiciones para promover la salud organizacional.