Cuando hablamos del lenguaje pensamos que la comunicación se agota en las dos áreas de escuchar y el hablar. sin embargo, algunos fenómenos asociados al no hablar juegan un papel importante en la comunicación.
Chris Argyris hace referencia a los fenómenos del silencio y del callar y demuestra la importancia que ellos revisten en el que hacer de las organizaciones y de las relaciones. Al hacerlo, ha revelado el papel que juegan nuestras conversaciones privadas en las relaciones humanas: aquellas cosas que pensamos y no decimos.
Argyris nos muestra que cuando tenemos una conversación con otra persona, no sólo estamos en esa conversación, la que podemos llamar conversación pública, sino que estamos también en una conversación privada sobre lo que acontece con el otro. Toda conversación pública conlleva una conversación privada que se desenvuelve simultáneamente con la primera. Es más, muchas veces estamos en conversaciones privadas sin que estemos en una conversación pública, sin que se nos oiga hablar con otro.
Si queremos examinar la comunicación dentro de una empresa, no basta, por lo tanto, con prestar atención a lo que las personas dicen, ni incluso a la manera como se escuchan mutuamente. Es igualmente importante preocuparse por lo que callan, por lo que no se dicen.
La diferencia entre lo que pensamos y lo que decimos tiene un profundo impacto en la capacidad de acción efectiva de las organizaciones, distorsionando de manera muy importante la comunicación y limitando el desempeño de sus miembros y de la organización como un todo.
Las razones más frecuentes detrás de la opción del callar son emocionales. Una de ellas es el temor a las represalias. Callo porque creo que de decir lo que pienso traerá consecuencias que valoro como peligrosas, es decir, al hablar me expongo a riesgos que prefiero evitar.
Otra tipo de emoción es la que busca proteger al otro. Callo por pudor de poner en evidencia las incompetencias o los motivos estrechos del otro. Callo, no por prudencia, sino más bien por compasión.
El callar deja de ser un fenómeno aislado en las organizaciones y se convierte en patrones estables de comportamiento y parte integral de su estructura informal.