La huida interna, el exilio interior, el repliegue son conceptos psicológicos aplicados a la vida personal.
El Despido interior es el resultado final de un largo y complejo proceso de vivencias negativas, hasta el punto de que la diferencia entre las expectativas previas y la realidad se hace tan grande que genera una acumulación de dolor y decepción insoportable que lleva a la resignación laboral.
El Despido Interior se activa después de un cúmulo de decepciones que desencadena un montón de pequeños cambios. El trabajador se distancia de sus funciones sin llamar la atención y pasando inadvertido, evitando conflictos. Se autoaísla.
Es un proceso lento, sutil, silencioso e invisible que puede llevarnos a un malestar insostenible, porque la suma de estos pequeños cambios cotidianos, en un período de tiempo largo, tiene un impacto importante y drástico en nuestra vida.
Todos podemos padecerlo en algún momento de nuestras vidas, pero quienes están en riesgo suelen ser personas que tenían mucha ilusión, que quisieron entregarse al máximo a algo que les era muy importante. Son personas que tienen un gran sentido de la contribución y dedicación. Demuestran un nivel de autoexigencia alto y tienen mucha ambición porque sueñan con lo mejor y quieren conseguirlo, aspiran a los más grandes retos.
Elementos que desencadenan el Despido Interior
Los elementos que desencadenan el Despido Interior pueden ser internos o externos, y todos ellos tienen en común que no cumplen nuestras necesidades universales de realización, reconocimiento y contribución.
1) Realización: nos sentimos realizados cuando podemos a través de nuestras responsabilidades desarrollar nuestras habilidades y capacidades, expresar nuestra creatividad, compartir nuestra opinión y asumir riesgos.
2) Reconocimiento: el reconocimiento nos conecta con los demás. El reconocimiento se genera a partir de la valoración del otro, de lo que hacemos, el apoyo que nos traslada, el respaldo que nos da o la atención que nos proporciona.
3) Contribución: contribuir con algo más grande que nosotros. Dar un sentido a lo que hacemos, encontrar un significado.
Cuando no existe un equilibrio entre estos tres ejes se activa el Despido Interior desde dos tipos de disparadores: internos y externos.
Los disparadores: internos y externos.
Los disparadores externos influyen en las personas y en sus relaciones. Los disparadores pueden provenir del entorno organizacional de la propia organización y de la sociedad.
Los disparadores internos se basan en la relación que tenemos con nosotros mismos, como nos tratamos, y las relaciones que tenemos con lo que más valoramos. Los disparadores internos nos desestabilizan desde dentro, nos vuelven más vulnerables. Los disparadores internos son:
- Aparcar nuestros sueños
- Dar la espalda a nuestros valores o principios
- Mantener un desequilibrio entre nuestras esferas de vida
- Jugarnos una mala pasada por nuestros prejuicios
Del Despido Interior al Despertar Interior.
El verdadero primer paso para salir del Despido Interior consiste en nuestra propia necesidad de mejora. Lo cierto es que cuanto más lejos hayamos llegado, más apoyo necesitaremos y de todo tipo. El camino de vuelta será costoso y estar acompañado –por la familia, amigos, compañeros, ayuda profesional, coach – es clave para facilitar la remontada.
El camino de vuelta no pasa por soluciones o recetas “mágicas”. Consiste más bien en pequeños gestos cotidianos que nos ayuden a grandes cambios a nivel de pensamiento y comportamiento. Algunos de estos pequeños gestos son:
- Soy mis sueños: conectar de nuevo con mis sueños. Mi visión
- Tengo una razón de existir: vivo de acuerdo a mis valores (Mi proposito, mis valores)
- Me entrego a mi para entregarme mejor a los demás: me comprometo conmigo mismo (acciono)
- Desvelo mi fuerza interior: fuerza de voluntad y disciplina (soy el protagonista)
- Soy una fuente inagotable de energía: equilibrio entre mi mente, mis emociones, mi cuerpo y mi espíritu (coherencia y quilibrio)
- El descubrimiento es mi zona de confort: empujarnos fuera de nuestra zona de confort (empuje)
- Mi mejor defensa: sin defensa (apertura)
- Mi poder de elegir: reivindicar nuestra libertad (decisión)
- Soy mi propio agente de cartera: soy la mejor persona para saber lo que es mejor para mi (mi valor)
- Desarrollo mi capacidad de duelo: soltar, dejar ir, hacer hueco y dejar que algo nuevo entre (recupero espacio y energía)
- Activo mi memoria de logros y desactivo mi memoria de fracasos (balance de éxitos)
- Desarrollo mi capacidad de resilencia: coraje de hacer frente a la realidad tal y como es (coraje de ser, capacidad para reinventarse)
“EL DESPIDO INTERIOR”
Del “Happy Hour” al “Happy Life”. Cuando nuestra infelicidad laboral nos lleva a convertir nuestro trabajo en una prisión.
Lofti El-Ghandouri
Septiembre 2007
Editorial Alienta