¿A quién podría contárselo, sin miedo a ser juzgado?

Coaching Online Valencia

Hay momentos en la vida en los que, aunque tengamos gente a nuestro alrededor, sentimos que nadie nos escucha de verdad. Hablamos, pero las respuestas llegan en forma de consejos rápidos, juicios disfrazados de buenas intenciones o silencios incómodos que nos hacen callar. Y lo que realmente necesitamos es algo mucho más simple… y a la vez más profundo: ser escuchados de verdad.

La psicología lo ha demostrado una y otra vez: cuando alguien nos escucha de manera atenta y sin juzgar, no solo sentimos alivio. Nuestro cerebro empieza a reorganizar ideas, a calmar emociones, a encontrar perspectivas nuevas. Estudios sobre la alianza terapéutica –esa conexión que se crea en procesos de ayuda– confirman que gran parte del cambio viene de esa sensación de ser comprendido y validado.

Pero esa escucha profunda no siempre está presente en la vida cotidiana. Muchas veces, lo que encontramos son conversaciones apresuradas, llenas de interrupciones o de “deberías” que solo nos alejan más de lo que sentimos.

Ahí es donde el coaching se convierte en un espacio único. No se trata de alguien que te diga qué hacer, sino de alguien que te ayude a escucharte a ti mismo. De alguien que hace preguntas que quizá nadie te ha hecho, que pone luz donde tú solo ves ruido, que te sostiene en silencio para que tú encuentres tus propias palabras.

Te lanzo algunas preguntas:

  • ¿Cuándo fue la última vez que alguien te escuchó de verdad, sin prisas, sin juicios?
  • ¿Tienes un espacio para poner sobre la mesa lo que quieres, lo que temes, lo que todavía no has dicho?
  • ¿Te has dado permiso para pedir ayuda no porque estés “mal”, sino porque quieres estar mejor?

Un proceso de coaching no es un interrogatorio ni una sesión de consejos. Es un espacio seguro donde puedes hablar en voz alta, pensar en voz alta, incluso llorar en voz alta si lo necesitas. Y en ese acto sencillo, empiezas a ordenar tu mundo interior, a liberar lo que pesa y a descubrir recursos que no sabías que tenías.

Una propuesta para hoy: piensa en una cosa que llevas demasiado tiempo guardándote. Escríbela en un papel. Luego pregúntate: ¿a quién podría contárselo, sin miedo a ser juzgado? Y si no encuentras esa persona, quizá sea el momento de buscar ese espacio en coaching.

Porque a veces, el mayor acto de valentía no es seguir luchando en silencio, sino abrirte para que alguien te escuche. Y desde ahí, empezar a escucharte tú también.